Ayer leía en la newsletter de @nadaimporta una frase que hizo reafirmarme en uno de mis principios: ..."No viajaré si no es para emocionarme (y aquí va una pista para la hostelería del mundo que viene)"... Desde hace bastante tiempo una de mis luchas en el ámbito profesional, ha sido y será la arquitectura y el interiorismo emocional y sensorial, el que te llega y te hace sentir y no sabes por qué. Actualmente son pocos los complejos hoteleros que se preocupan por las sensaciones y experiencias del turista y creo que a día de hoy y teniendo en cuenta por lo que estamos pasando y viviendo, somos much@s los que nos replantearemos todo. Por supuesto, querremos vacaciones que nos hagan estar pletóricos y que nos emocionen y una parte importantísimo de ello estará en el alojamiento.
En este caso, LAS CASAS NA AREIA, son un claro ejemplo de arquitectura e interiorismo emotivo, un proyecto del arquitecto más sensorial y emotivo que conozco Manuel Aires Mateus. Una serie de casas de playa localizadas en Comporta, Portugal, en las que se respira, calma, tranquilidad, serenidad y absoluta simplicidad, porque lo importante no es recargar de elementos decorativos, lo importante es que el espacio en el que te alojas te transporte al sitio en el que te ubicas; oler el mar, tocar la arena, sentir el salitre en tu piel y sentir que estás de vacaciones y eso hará de tu escapada una experiencia inolvidable.
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