Hay placeres en la vida que son impagables y uno de ellos es, que te sorprendan un día cualquiera y vengan a por ti con una bolsita y una
merienda para disfrutar del atardecer, para dar la bienvenida a la noche. En
Las Palmas se produce algo fantástico, desde la Isleta puedes contemplar el
Este, el Sur y el Oeste, así que mientras los últimos rayos de sol hacen
presencia detrás de Tenerife, la noche camina por el cielo desde la ciudad en
esa danza eterna. En sólo son unos minutos el mundo te muestra una cantidad de
colores increíbles, donde antes había un turquesa ahora un azul marino intenso,
el azul del cielo se mezcla con naranjas, rosas,… el olor del Atlántico cambia,
el sonido de las olas, te envuelven esos matices cargados de vida, de
sensaciones agradables. Pequeños placeres que me hacen sentir feliz.
8 comentarios
Menudo atardecer rojizo, de cuento.
Unas fotos maravillosas, ¡qué preciosidad! Esos pequeños placeres son la salsa de la vida... :)
Unas fotos maravillosas, Noe!! Y precioso texto... Feliz finde bonita!!!
Una puesta de sol alucinante, que suertuda eres!!
Feliz Finde
Qué maravilla! Feliz finde!
Gracias a ti, aprecio mucho más los pequeños detalles de la vida
Qué bonitos todos! Un paraiso, sí señor! Y un placer conocerte :-)
Qué bonito, Noe, gracias por compartirlo. 1besazo ***
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