Puede existir algo más relajante que una casa con vistas al mar o incluso a una superficie de agua? Para mí sería el culmen de una vivienda. Poder estar desde tu salón o incluso desde tu dormitorio, tumbada en la cama sobre sabanas de algodón blanca y notar la brisa y el olor del mar o de una lámina de agua, con sus reflejos, sus luces y sus sombras. Sencillamente el máximo placer.
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